sábado, 19 de diciembre de 2015

LOS MÁRGENES DE LA CIUDAD

Acrílico sobre cartulina 40x40

 Acrílico sobre DM 40x40


viernes, 18 de diciembre de 2015

LA NUEVA RELIGIÓN

¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿A dónde vamos? Hay preguntas que no tienen respuesta. ¿Pero el hecho de que no las tengan es suficiente para justificar que cualquier camino vale? ¿Qué valores sostienen los caminos que nos propone nuestra sociedad? ¿El hecho de no tener respuestas es razón suficiente para no plantearse estas preguntas?

Todo esto ha surgido por haberme atrevido a ojear un libro de pintura y haberme encontrado con el cuadro de Gauguin que todos conocemos, quién me manda a mí ponerme a ver estas cosas en vez de haber elegido a Andy Warhol o a participar del espíritu navideño. Pero en lugar de esto, o por esto, me han asaltado estas cuestiones.

Estamos en Navidad y, si seguimos la corriente, en estos momentos hay que tener lo que se da en llamar “el espíritu de la Navidad”, o sea que hay que entregarse a esa especie de histeria colectiva, celebrar comidas con todo el que te rodea, preparar otras con la familia, en su acepción más amplia, que, por cierto, si tenéis suerte la cosa puede tener un pase pero, si el famoso monopolizador del ambiente de grupo es un plasta, se te indigestan los langostinos.

En Semana Santa es el espíritu religioso el que hay que sacar a pasear. En primavera hay que dejar rienda suelta al espíritu expansivo y, no te preocupes, ya se encargará alguien en recordarnos que “ya es primavera” incluso antes de que lo sea. En verano hay que divertirse cambiando de lugar (playa y/o viajar a remotos países), aquí ya el “espíritu” está que se sale, ah! y tener “amores” de verano (nótese que amores viene, también, entre comillas). Para todo esto habrá que haberse preparado el cuerpo, haberse pertrechado de ropa y otros artilugios que resalten nuestras gracias físicas que la ocasión lo requiere. Y en otoño... en otoño entretente como puedas y para ello hay numerosas ofertas, cursos de idiomas, talleres ocupacionales de lo más diverso... Si todo esto aún no te sirve, también podemos encontrar toda suerte de coleccionables en los quioscos o, más de actualidad, seguro que aparece una aplicación estupenda para el móvil que te permite gestionar tus compras por Internet o saber la temperatura de tu trasero para ver si te interesa arrimarte a la mesa de camilla o no, que ya mismo se acerca el momento de buscar algo de calorcito. Hay incluso propuestas de grupos de meditación pero, eso sí, sin meditar, aprende a dejar la mente en blanco que hay que dejarla preparada para recibir los mensajes que nos suministrarán dentro de poco. Limítate a intentar saciar tus necesidades, ¡tú eres lo importante!, el centro del mundo, por lo tanto, limítate a satisfacer tus instintos.

Parece que en todo hay un denominador común, un mensaje que se repite, ¡consume! Todo es consumible y, por tanto, perecedero. No hay nada de trascendente en ninguna cosa bajo la óptica de la nueva religión, la felicidad está en lo que se te dice, lo único importante es tu ombligo. Intentar mirar y alimentar el espíritu es un rollo, lo único que consigues es calentarte la cabeza, ¡qué rollo! Compromisos... otro rollo, ¡compromisos ninguno! Tienes que ser libre y hacer lo que te plazca que ya se te irá diciendo qué es. El único compromiso posible es con el sistema, y relájate, él te dirá qué tienes que hacer para ser feliz. Todo es momentáneo, fugaz, todo tiene fecha de caducidad y, además, es corta ¡Vive la vida!

Sí, dije Andy Warhol, porque si me plantease elegir alguna propuesta del CAAC, podría correr el riesgo de sufrir peores efectos secundarios.




 Algunas acuarelas recientes.